UX es user experience y en español es experiencia de usuario, que diseña para personas y no para pantallas.
¿Cuántas veces has cerrado una página web porque no encontraste lo que buscabas? ¿Cuántas aplicaciones tienes abandonadas en tu celular porque no entendiste cómo usarlas o porque dejaron de ser útiles? El problema no es la falta de diseño, sino la falta de empatía. Ahí es donde entra el Diseño de Experiencias Centrado en el Usuario (UX): una herramienta estratégica que transforma productos inolvidables en experiencias que conectan, que funcionan y que logran resultados.
Diseño UX
El diseño UX no es solo estética. Es el nexo entre los usuarios y los objetivos del negocio. Es la razón por la que Spotify logró convertirse en el líder del streaming: tiene un diseño limpio y entiende cómo escuchamos música. Desde las recomendaciones personalizadas hasta la forma en que descubrimos nuevas canciones, cada decisión de diseño está respaldada por investigación y datos. ¿El resultado? Una experiencia que no solo satisface necesidades, sino que las anticipa. El diseño centrado en la experiencia del usuario es una inversión necesaria que todo marketero debería conocer.
Investigación o UX Research
¿Cómo se puede diseñar algo útil si no conocemos a las personas que lo usarán? Las técnicas como entrevistas, encuestas o mapas de calor (heatmaps) además de ser herramientas, son formas de escuchar. Por ejemplo, Amazon analiza cada clic, cada movimiento del usuario dentro de la web, para optimizar su experiencia de compra. El botón “Comprar ahora” no está donde está por azar; está ahí porque los datos lo confirmaron. Diseñar con base a un comportamiento apoyado con datos reales, y no en suposiciones, es lo que separa un diseño intuitivo de uno frustrante.
El diseño centrado en la experiencia de usuario
Es elegir elementos accesibles, usables y, sobre todo, significativos para hacerlo funcional. Apps como Duolingo no solo enseñan idiomas; motivan a aprender con una experiencia que engancha emocionalmente con recompensas, microinteracciones y un diseño que parece hablarte directamente. ¿Cómo logran esto? Prototipando rápido, probando ideas antes de implementarlas y corrigiendo antes de que el error sea costoso. Herramientas como Figma o Miro permiten convertir ideas en soluciones tangibles en cuestión de horas.
Iteración
Y aquí viene algo importante: el diseño no termina al lanzar un producto. Diseñar es iterar. Es analizar métricas, probar con A/B testing y optimizar continuamente. Cada mejora, por pequeña que sea, puede marcar la diferencia. Las microinteracciones, esos pequeños detalles como el “check” cuando completas una tarea, generan experiencias memorables. Parecen insignificantes, pero son lo que los usuarios recuerdan, porque son sus avances, sus progresos.
Alineado a los objetivos del negocio
Airbnb, por ejemplo, no solo conecta huéspedes con anfitriones; diseña confianza. Su experiencia elimina fricciones y crea relaciones, logrando resultados para ambas partes. Eso es lo que hace el UX: conectar personas, resolver problemas y generar valor.

Directora de proyectos, investigación y growth en la agencia digital laburbuja.pe
Fundadora de Evolab y Evolab Academy en Latinoamérica. Consultora y conferencista en marketing digital con más de 15 años de experiencia gestionando y ejecutando estrategias y acciones con +150 emprendedores, +15 pymes y líderes a nivel mundial como Intercorp y Entel que tienen el espíritu y coraje de superación con objetivos claros.
Docente en la dirección de marketing en Centrum Pucp, USIL Postgrado & UPC Postgrado. MBA con especialidad en Transformación Digital en la Universidad Complutense de Madrid. Postgrado en Estudio Internacional Empresarial en Gestión de Marketing Digital en Centrum Pucp y Eada Barcelona. Mentora en Unicef Perú.